jueves, 23 de abril de 2015

REVOLVER - THE BEATLES


Revolver probablemente tenga un solo defecto: no es un disco mediático. Musicalmente es una joya, con los Beatles en un momento que quizá ningún otro grupo alcanzó jamás. Si con Rubber Soul ya habían entregado una obra que revolucionó el pop y el cerebro de Brian Wilson (el genio de los Beach Boys), entre otras cosas, con Revolver demostraron que se podía ir más allá y que su techo musical no conocía límites. Con catorce cortes que apenas sobrepasan la media hora de duración, graban un disco fabuloso que es uno de sus mayores logros desde que se juntaran allá a principios de los 60. No hacía tanto tiempo del she loves you yeah yeah yeah, y ahora incluso se atrevían con una orquesta de cuerda en la magistral Eleanor Rigby. Por atreverse, se atrevían todos y con todo. George continuaba pidiendo paso entre los dos genios, y sus canciones cada vez eran mejores: El inicio con Taxman es demoledor, haciendo su protesta particular por lo injusto de la situación financiera de aquellos años en las islas británicas. La canción impresionaría a Paul Weller, que copió la estructura en su magnífico tema Start, del Sound Affects. Love To You en ese momento era la canción más compleja de Harrison. Su peso compositivo aumentaba, al igual que lo hacían las tensiones entre los cuatro: se dice que Revolver es el último disco que los Beatles grabaron como un grupo. Con tensiones o sin ellas, Paul y John están una vez más sobresalientes. Lennon lo clava con temas como I'm Only Sleeping o She Said She Said, que están entre lo mejor del álbum, mientras que Paul da una magnífica lección de como componer una canción pop perfecta de dos minutos en For No One, además de ponerse el traje de rockero para Got To Get You Into My Life. Realmente brillante.
El único pero que se le puede poner a Revolver musicalmente hablando es la presencia de Yellow Submarine, cuyo nivel está por debajo del resto de temas y que no da la talla en un disco como este. Como curiosidad, ahí está, entre otras, la voz de Brian Jones en los coros. 
Tomorrow Never Knows despide el disco de una forma inmejorable, contando con la colaboración al piano del productor George Martin. Un disco para la historia.

AÑO 1968

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