miércoles, 17 de junio de 2015

SNAPSHOT - THE STRYPES


Sin duda, se trata de uno de los grupos más atractivos del panorama actual. No solo ya por el hecho de que gente de la talla de Alex Turner, Paul Weller o incluso Jimmy Page los pongan por las nubes. No ofrecen nada nuevo, no inventan ningún género, pero lo que hacen lo hacen muy bien. Y son jóvenes, mucho. Ninguno de ellos llegaba a los veinte años cuando salió este disco, y nadie diría que suenen como un grupo de quinceañeros. Su estilo de rock sencillo con un acertado toque de blues suena muy logrado, y en directo suenan cada vez mejor. Probablemente haya ayudado el hecho de salir de gira con grupos como Arctic Monkeys. Pintan como uno de los grupos con más futuro (y presente) del rock, y bien merecido. Pero vamos a lo que realmente importa, el disco.
Los temas se suceden uno detrás de otro, con una fuerza envidiable que supone que la tarea de elegir un single de presentación fuese extremadamente complicada. Fue finalmente Blue Collar Jane, pero pudo haber sido perfectamente Hometown Girls o What The People Don't See. Desde luego, si el disco se caracteriza por algo, es por el buen rollo que transmite. Los trece cortes que lo forman no dejan ni un segundo para tomarse un respiro, y fluyen a un ritmo tremendo. La versión de You Can't Judge A Book By The Cover, inicialmente escrita por Willie Dixon para Bo Diddley, es uno de los aciertos más notables del disco, de la misma forma que concluirlo con la versión del Rollin' And Tumblin', interpretado también por artistas tan dispares como Cream y Bob Dylan.
Más allá de versiones, sobresalen temas propios como What A Shame, Hometown Girls o Perfect Storm. La fórmula suele ser común: coger ritmos rápidos y completarlos con estribillos pegadizos. La voz de Ross Farrelly se antoja ideal por la tenacidad que desprende al cantar cada canción, de una forma furiosa, prácticamente vomitando las letras. Y desempeña una importante labor a la armónica, que está presente a lo largo del disco, disco que en poco más de un mes tendrá sucesor. Será curioso ver qué evolución ofrecen estos irlandeses que con la mayoría de edad recién estrenada se lanzan a la conquista del mundo con el blues por bandera y el rock en el corazón. Por muchos discos como este.

AÑO 1968

La vida puede ser, en función de la hora a la que cada bicho humano se levante por la mañana, una verdadera tortura o un placer de los que m...